Vuelven todas esas vivencias, esas personas que he conocido, esos paisajes que deleitaban mi retina, esos bodegones en unos restaurantes de primera línea.
Y precisamente unas de los detalles que más agradablemente recuerdo son los de esas personas con las que he compartido, algunas horas ya sea en bici, ya sea tomando un copa.
Lógicamente hubo ratos duros, pero ya sabéis que eso se olvida rápidamente ya que ese el sino de la mente humana. Los agradables perduran.
Pues eso que quería recordar el viaje de hace un año y dar de nuevo las gracias a todos aquellos que desde sus casa me daban ánimos y es posible que durante el viaje no lo hice.
Un abrazo a toos y toas.
Y como recuerdo la foto de la salida
Y la llegada