miércoles, 23 de junio de 2010

Puertos míticos

Cuando uno le gusta ir en bicicleta de carretera y no se amilana con las pendientes, hay dos subidas que tienen su nombre muy por encima de todas las demás. No porque sean más duras que otras o mas largas o mejores o peores carreteras. Principalmente porque el Tour de Francia las ha mitificado desde hace muchísimos años. Estoy hablando del Alpe d’Huez en los Alpes franceses y el Tourmalet en los Pirineos franceses.
El paisaje desde luego invita a recorrer esta subidas ya sea en coche, moto, o bici. Pues bien yo hoy para soltar las piernas y que los músculos no se me duerman pensando que ya no van a trabajar y aprovechando que estoy en Bagneres, pues me he dicho a visitar al Tourmalet. Total son solo 28 kms hasta la cima y 1550 mts de desnivel acumulado.
Pero que los 12 kms finales la media es del 9% con descansos al 7,5%.


Pues bien como era un poco temprano todavía no me he cruzado con muchos elementos como yo, disfrazados y con cara de a por ellos que son pocos y cobardes. Como este año el Tour pasa dos veces por este enclave, se está procediendo al reasfaltado de un par de tramos. En uno de ellos y en espera de la luz verde del semáforo me he encontrado con un grupo de 12 caballeros y amazonas en sus monturas de carbono o aluminio con, daneses para más señas, las correspondientes alforjas y preparando el ataque a la cima de este puerto. Lógicamente yo he seguido a mi ritmo cansino disfrutando de cada rincón de esta subida de 17 km. Cuando llegas a lo mas alto no te encuentras solo, ya han llegado una decena de ciclistas que han subido por la otra vertiente, a la que me asomo y veo en la serpeante carretera, como otros esforzados o locos como nosotros, van limando cada metro que se les presenta por delante, sin prisa pero sin pausa, cabeceando, a veces haciendo eses para minimizar la subida.
Empiezo el descenso y es un rosario de ciclistas que no paran de acometer lo que yo ya he realizado. A mitad descenso vuelvo a ver a los daneses con sus equipajes como van peleándose con esas rampas que parecen que no quieren que pases y te frenan la rueda. Pero esto es todo el día. Desde donde escribo pasa una de las variantes de la carretera que se dirige hacia las montañas y no paran de pasar ciclistas en ambos sentidos.
En Alpe d’Huez es más de lo mismo. Dentro de 10 días voy a estar por allí para subirlo por 7º año consecutivo como postre de la famosa marcha de la Marmotte. Pero como muchos ya sabéis antes abra que liquidar al Glandon, luego el Telegraph para sin descanso el Galibier como antesala de las 21 famosas curvas. Total 175 kms y 5.000.- mts acumulados de ascensión.
Pero eso será otra batalla

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