domingo, 18 de abril de 2010

Jornada 44 (San Sebastián)

Dolce far niente
Efectivamente como el otro día en Llanes, ni tocar la bici, disfrutando de la compañía de Miqueli y Manu.


Paseos por San Sebastián, relax pero con ganas de volver a coger a la Pendeja. De las vistas de su casa, de los bailes de Iparralde y claro está de su gastronomía. Hoy nos hemos terminado las sobras de las buenísimas tartas de Dortoka, aunque yo me haya metido con el tipo de cocción que había hecho. Le pido disculpas para que vuelva otra vez a hacerlas. Espero no tardar mucho en ello, ¿verdad? Mañana como mis hospitalarios no tienen el compromiso de los nietos, voy a quedarme un día más.

Por descansar que no quede.
Y pasado mañana ya de ruta por la Francia. Y sigue pareciéndome que hace cuatro días que he salido de casa. Se me está haciendo el viaje muy corto y los acontecimientos pasan muy aprisa. Habrá que ir pensando en el siguiente.
En estos días de descanso repasas las fotos y te vienen a las vibraciones sensoriales todas las emociones, angustias, sufrimientos y alegrias. Te rodean todos los recuerdos que generan unas imagenes de personas y es como si volviera a estar en esos momentos y que me gustaría repeterirlos. Me parece que me está enganchando todo esto demasiado. Tendré que ir a una tienda de todo a 100 y comprar algún filtro para que no me invada tanto. Pero esto es lo malo de encontrar por estos caminos de Dios como digo yo tanta buena gente. Unos dejando mas huella que otros. Sigo pensando que ha sido un acierto el decidir a lanzarme a la carretera, pese a que llevo mucho peso. Después son las vivencias diarias las que te enriquecen. Unos visuales con paisajes muy agradables, con esos bodegones buenísimos,o esas cervezas al final de la jornada, sin olvidar esos poleo-menta calentitos antes de meterte en el saco de dormir y la temperatura baja a los 0º. Desde luego he tenido que pagar algunas monedas de plata, como las dos veces que en las orejas se han formado los sabañones y que ya están a punto de curarse por segunda vez, o los pies doloridos hasta el tuétano de tanto pedalear. O la piedra que acarició mi rodilla y aún esta bailando de contenta. Iba a poner unos cuantos nombres pero no, no quiero en este momento dejar en el tintero a alguien. Pero todos saben que tienen hecha una muesca en mi cerebro. Por cierto no lo he comentado hasta ahora, pero el otro día se me olvido una libretilla en la que iba anotando algunas direcciones de personas con las que me he cruzado. Espero con un poco de suerte que alguien de la zona pase por Castro Urdiales y la localize. Da mucho coraje perder eso.
Manolo dejate de rollos que la gente ya se está cansando de tus epistolares patateras.
Y mañana más

5 comentarios:

  1. Ánimo Manolo que desde Cullera te estamos siguiendo, las fotos espectaculares y la redacción de profesional.
    Fer

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  2. Te has equivocado Manué, no son 4 días los que estás pedaleando, SON CUARENTA Y CUATRO, claro, con tanto cuatro ya te descuentas. Un abrazo.

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  3. Manolo, trampas no. En el camino de Santiago que hicimos Ana y yo, un día que llovía mucho, dehjamos las bicis y cogimos un taxi, porque Ana se negaba a quedarse en un albergue. Así que en taxi al hotel la ciudad siguiente (4 etsrellas), pero, por la mañana cogimos un autbús y volvimos donde dejamos las bicis, y a pedalear. Muy buenas las crónicas.

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  4. Por cierto, a partir de ahora publicarás en francés?

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  5. Esto no puede ser. Me voy del despacho a las 20:45 y aún no has publicado la reseña de hoy. No tienes consideración. Por cierto que me ha llamado tu hermano el Dr., para ver si nos vamos en julio a recorrer Francia. A lo mejor te encontramos.

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